Televisa está atravesando una profunda crisis, especialmente con la figura de Emilio Azcárraga, el CEO de la compañía, quien actualmente es investigado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. La investigación se enfoca en presuntos sobornos vinculados a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), particularmente relacionados con los derechos de transmisión de los mundiales de fútbol de 2018, 2022, 2026 y 2030.
En medio de esta situación, Azcárraga ha solicitado una licencia para poder abordar este asunto crucial. Este escándalo ha generado una gran preocupación, no solo por el impacto económico, sino también por las repercusiones políticas y de imagen que podría acarrear para Televisa, la empresa de medios más grande de América Latina.
La caída en los ingresos de Televisa también está marcando un momento crítico, con una disminución del 6.4% en el tercer trimestre del año y una caída aún mayor en las ganancias relacionadas con su plataforma de streaming, Skype, de un 13.2%.
Esta disminución de los ingresos está generando gran preocupación en el sector, especialmente con la saturación de críticas hacia Emilio Azcárraga en redes sociales, donde se le acusa no solo de evasión fiscal, sino también de manipular los partidos de fútbol a favor de su equipo, las Águilas del América, lo que ha levantado aún más suspicacias entre los aficionados.
Este tipo de acusaciones son inquietantes, sobre todo considerando el poderío histórico de la familia Azcárraga en México. Durante muchos años, la familia fue considerada una de las más influyentes de América Latina, controlando un imperio de medios que abarcaba radio, televisión e incluso periódicos.
Su poder era tal que, en muchas ocasiones, se les reconocía como el “cuarto poder” en México, compitiendo con los tres poderes tradicionales: ejecutivo, legislativo y judicial.
La familia Azcárraga, cuyo legado empresarial se remonta al siglo XIX, ha tenido una presencia dominante en el mundo de los medios en México. Los orígenes de la familia se encuentran en el País Vasco, cuando Mariano Azcárraga Peña, un inmigrante vasco, se estableció en Tampico, México.
Su descendencia y los esfuerzos de su hijo, Mariano Azcárraga López de Rivera, cimentaron las bases del imperio mediático que hoy conocemos. Sin embargo, fue Emilio Azcárraga Vidaurreta, hijo de Mariano Azcárraga y Emilia Vidaurreta, quien llevaría a la familia a una prominencia aún mayor en la industria de los medios. Nacido en 1895 en Tampico, Emilio Azcárraga Vidaurreta comenzó su carrera profesional de manera modesta, pero su astucia para los negocios lo llevó a crear su propio imperio.
A lo largo de su vida, Emilio Azcárraga fue conocido tanto por su estilo directo y desafiante como por su capacidad para expandir Televisa, llevando la compañía a nuevas alturas, y haciendo de las telenovelas mexicanas un referente global. Sin embargo, sus relaciones personales fueron igualmente complejas y marcadas por tragedias.
El primer matrimonio con Laura Milmo Hickman, hija de un rico empresario irlandés, se vio truncado por la trágica muerte de su esposa, quien falleció poco después de su boda debido a un tumor cerebral. Este dolor dejó una huella profunda en Emilio, quien, a pesar de las tragedias personales, continuó con su liderazgo en Televisa.
Los matrimonios y relaciones personales de Emilio Azcárraga fueron igualmente complicados. Tras su dolorosa pérdida, se casó con varias mujeres, entre ellas la francesa Pamela Surmont, y posteriormente con Nadin Jan, con quien tuvo dos hijos, pero también tuvo rupturas y conflictos familiares que se intensificaron con el paso de los años.
Finalmente, su relación con Paula Cusi, una presentadora de noticias, fue el punto culminante de su vida personal, aunque tampoco estuvo exenta de tensiones con los hijos de Emilio.
Su vida terminó en 1997, cuando Emilio Azcárraga Milmo, conocido como “El Tigre”, falleció de cáncer pancreático en su yate en Miami, dejando detrás de sí una historia de poder, ambición, tragedia y un imperio mediático que aún sigue siendo relevante en el panorama de los medios en América Latina.