La vida de Andrea Legarreta, una de las figuras más queridas de la televisión mexicana, ha sido objeto de fascinación para el público, no solo por su exitosa carrera sino también por su vida personal. Su historia parece un cuento de hadas, con una carrera consolidada que comenzó desde muy joven, una familia que muchos envidiarían y una imagen pública casi intachable. Sin embargo, como ocurre con todos, su vida está llena de complejidades, desafíos y momentos que han marcado su camino.
Andrea Legarreta nació el 12 de julio de 1971 en la Ciudad de México, siendo la más joven de tres hermanos. Desde pequeña, destacó no solo por su belleza, sino también por su personalidad brillante. A los dos años, su carrera en el entretenimiento comenzó casi por accidente, cuando reemplazó a una modelo infantil en una sesión de fotos para un comercial. Fue su tío, que trabajaba en publicidad, quien sugirió que ella tomara su lugar, y ese fue el primer paso en lo que sería una exitosa carrera en los medios. A los 8 años, Andrea ya sabía que quería ser actriz, y sus padres la apoyaron inscribiéndola en el Centro de Capacitación Artística de Televisa.
A partir de ese momento, su carrera despegó. Participó en programas como Nosotros los Gómez, Papá soltera, Plaza Sésamo y en la famosa telenovela Carrusel, lo que la posicionó como una estrella en ascenso. A los 16 años, formó parte de la banda Fresas con crema, un grupo musical que no solo la catapultó como cantante, sino que también la acercó a otros futuros artistas de Televisa como Toño Mauri, Pilar Montenegro y Mariana Levi.
Sin embargo, Andrea no se limitó solo a la música. Continuó consolidándose como actriz, participando en algunas de las telenovelas más exitosas de la época, tales como Valentina, Baila conmigo, Mi segunda madre y Alcanzar una estrella. Su versatilidad le permitió moverse entre géneros con facilidad, y sus actuaciones fueron siempre bien recibidas por el público.
Aunque su carrera como actriz fue fructífera, Andrea también se adentró en el cine, donde hizo su debut en el thriller Ladrones de tumbas y continuó con Nada que ver y La segunda noche. Sin embargo, su última telenovela, Vivan los niños, fue la que más marcó a la audiencia. En este proyecto, interpretó a Lupita Gómez, una maestra comprensiva y dedicada, un papel que le permitió ganarse el cariño de generaciones de televidentes. Tras esta última experiencia en telenovelas, Andrea optó por alejarse de la actuación y del canto de forma profesional, aunque sigue abierta a la posibilidad de regresar en algún momento.
En cuanto a su vida amorosa, Andrea Legarreta ha estado siempre en el ojo público. Desde sus inicios, su vida sentimental ha sido objeto de rumores y especulaciones. Uno de los más comentados fue su relación con el actor y cantante Andrés Bonfiglio, con quien estuvo en un romance que, aunque breve, fue bastante mediático. No fue la única relación que generó titulares.
También se vinculó con un hombre llamado Eduardo, cuya relación se mantuvo en gran parte en secreto durante los siete años que estuvieron juntos. Se rumorea que Eduardo le propuso a Andrea dejar su carrera y alejarse del mundo del espectáculo para vivir una vida más privada, pero ella optó por seguir su camino en la televisión.
Otro capítulo interesante en la vida amorosa de Andrea fue el rumor de un posible romance con el cantante Luis Miguel. Aunque nunca se confirmó oficialmente, Andrea reveló en entrevistas que El Sol de México la invitó a una cena romántica. A pesar de la glamorosa invitación, Andrea eligió rechazarla, lo que añadió otro misterio a su vida sentimental.
Sin embargo, la relación más relevante de su vida fue la que mantuvo con el cantante Eric Rubín, uno de los miembros del famoso grupo Timbiriche. Su historia de amor comenzó en 1999, cuando se conocieron en un club nocturno y Eric quedó cautivado por la belleza y el carisma de Andrea. Después de un primer encuentro que incluyó comentarios juguetones de amigos en común, la relación floreció rápidamente.
A pesar de los reparos iniciales de los padres de Andrea, debido a la reputación de Eric de ser un hombre con varios intereses románticos, la pareja comenzó a salir y, a los pocos meses, se comprometieron. El 1 de abril de 2000, Andrea y Eric se casaron en una ceremonia íntima en Acapulco, rodeados de amigos y colegas de la industria del entretenimiento.
Su matrimonio fue visto por muchos como una de las historias de amor más estables del espectáculo mexicano. En 2005, recibieron a su primera hija, Mía, y dos años después nació Nina, su segunda hija. Sin embargo, a pesar de la percepción pública de un matrimonio perfecto, Andrea Legarreta reveló en una entrevista con Jordi Rosado que hubo un momento en el que su relación con Eric atravesó por dificultades serias, e incluso consideraron separarse. La falta de comunicación y el distanciamiento emocional pusieron a prueba su matrimonio, pero decidieron hablar y trabajar juntos para seguir adelante.
El 22 de febrero de 2023, Andrea y Eric anunciaron su separación después de 23 años de matrimonio. En un comunicado conjunto, aseguraron que, aunque se separaban, seguirían unidos por el bienestar de sus hijas y el amor que aún existía entre ellos. De acuerdo con su mensaje, su ruptura no fue el resultado de una gran crisis, sino más bien una transformación natural en sus vidas. Ambos se comprometieron a seguir adelante en términos de una crianza compartida y mantener una relación cordial por el bien de sus hijas.
Después de la separación, Andrea ha estado vinculada románticamente con varios hombres, lo que ha dado pie a nuevos rumores sobre su vida amorosa. A pesar de su vida personal llena de altibajos, Andrea Legarreta sigue siendo una de las figuras más admiradas de la televisión mexicana, conocida por su profesionalismo, su simpatía y su autenticidad. Aunque su historia de amor con Eric Rubín haya llegado a su fin, sigue siendo una de las parejas más queridas y respetadas por los fanáticos. Ahora, con nuevas etapas en su vida, Andrea continúa siendo un referente en los medios, no solo por su carrera, sino por su capacidad de superar los desafíos personales que la vida le ha presentado.