Cuando me invitaron a participar en MasterChef, tenía claro que era un sueño que había mantenido durante más de seis años. Siempre lo mencioné: conozco la cocina, pero no soy un profesional como muchos de los competidores. Desde el inicio, asumí que disfrutaría la experiencia, aunque sabía que no sería fácil. Desde el primer día hasta el último, me dediqué a estudiar y a prepararme, cumpliendo así una de mis metas más anheladas.

Tildan de “hipócrita” a Cony Camelo por reacción a foto de Alejandro Estrada  y Dominica; es blanco de críticas: “Shh, cansona”

Al recibir la invitación, pensé en mí mismo: “Alejo, tienes todo para llegar a la final de este formato”. Esa autoconfianza me acompañó, y he recibido numerosos mensajes de apoyo en mis redes sociales que me han sorprendido y agradecido. Sin embargo, también reconozco que los errores son parte del proceso, y cuando uno comete un fallo, lo mejor es aceptar la responsabilidad y aprender de ello.

Soy una persona ansiosa y hiperactiva, características que me han permitido manejar varios proyectos a la vez. Sin embargo, esa misma ansiedad puede jugarme malas pasadas, y lo experimenté en el programa. Lo que ocurrió fue un error que debí afrontar, y me disculpo sinceramente con los televidentes que siguieron mi trayectoria en MasterChef. Lo fundamental es aprender a tener un mayor control sobre mi ansiedad y no dejar que me domine.

Reflexionando sobre lo que podría haber hecho diferente, me doy cuenta de que es imposible retroceder el tiempo. En lugar de arrepentirme, elijo aprender de cada experiencia, incluso de las difíciles. He tenido que sortear muchas situaciones en la vida y, aunque he enfrentado fracasos, sigo adelante, manteniendo la determinación.

Respecto a los platos que presenté, había uno que, a mi juicio, era ganador. Sin embargo, la falta de control y mi deseo de agregar un toque personal llevaron a una interpretación errónea de las normas. La realidad es que entrar a MasterChef implica un gran riesgo, y había momentos de duda sobre cómo esa exposición podría afectar mis otros logros, especialmente mi marca de gafas.

Alejandro Estrada se sinceró y rompió silencio sobre su relación con su  compañera Dominica Duque de 'MasterChef Celebrity': 'Ella lo tiene todo'

A pesar de ello, me sentí listo para regresar al entretenimiento tras un largo período dedicado a mi empresa. He estado alejado del medio durante ocho años y mi regreso a MasterChef fue una forma de cumplir un sueño. Ahora, miro hacia adelante con nuevas metas, siempre aprendiendo de cada experiencia.

El formato de MasterChef es único, ya que se necesita mostrar quién eres en realidad, sin máscaras. Esta exposición puede ser abrumadora, pero también permite un crecimiento personal significativo. Aprendí a extraer enseñanzas tanto de los momentos positivos como negativos. La clave está en saber gestionar el ego y reconocerse a uno mismo.

En cuanto a mi relación con Franco, desde el principio hubo tensiones, pero decidí acercarme a él y dejar las diferencias de lado. La comunicación y la autenticidad son esenciales en cualquier equipo, y estoy agradecido de haber podido forjar una amistad con él. Aprecio su sinceridad y me identifico con su proceso en la cocina.

Finalmente, en el contexto del programa, no puedo dejar de mencionar la presión que enfrentamos todos. La cocina no solo requiere habilidades, sino también un buen manejo de las emociones y la capacidad de adaptarse a situaciones inesperadas. Todos estamos en un proceso de aprendizaje constante y, a pesar de las diferencias, lo más importante es crecer y apoyarnos mutuamente.

En resumen, mi experiencia en MasterChef ha sido un viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal. He aprendido a enfrentar mis miedos, a controlar mi ansiedad y a valorar el trabajo en equipo. Estoy emocionado por lo que viene y listo para seguir explorando nuevas oportunidades en el mundo culinario y más allá.