Patricia Rivera, una de las actrices más reconocidas del cine mexicano durante la década de 1980, se destacó por sus papeles en numerosas producciones cinematográficas que definieron esa época. Sin embargo, su carrera estuvo marcada por su relación con Vicente Fernández, el icónico cantante mexicano. Este romance, ampliamente publicitado, no solo atrajo la atención mediática, sino que también trajo consigo una serie de controversias y desafíos personales que influyeron en su trayectoria profesional.

Patricia Martínez Rivera, conocida como Patricia Rivera, nació el 25 de julio de 1956 en Saltillo, Coahuila. Desde joven, comenzó a destacarse en el mundo del entretenimiento, participando en el certamen de Miss México de 1976 como Miss Coahuila. Este evento la llevó a la actuación, donde se formó en diversas academias para perfeccionar su talento. Su debut cinematográfico se produjo en 1970 con la película “Pasión inconfesable”, pero fue su papel en “El arracadas” en 1978, dirigida por Alberto Mariscal y coprotagonizada por Vicente Fernández, lo que la catapultó a la fama. La química entre ambos trascendió la pantalla, dando inicio a un romance secreto que atrajo la atención del público y los medios.

A medida que su carrera despegaba, Patricia Rivera se adentró en la televisión en 1979, participando en la telenovela “Muchacha de barrio”. Su capacidad para moverse entre el cine y la televisión consolidó su estatus como una actriz versátil, logrando un papel significativo en la telenovela “Pasión y poder” en 1988. Durante los años 80, Patricia protagonizó una serie de películas que mostraron su versatilidad en distintos géneros, consolidando su presencia en la industria.

Sin embargo, la relación con Vicente Fernández comenzó a pesar en su carrera. Aunque Patricia estaba en la cima de su éxito, su romance con el cantante exigió sacrificios significativos. A menudo, tuvo que ajustar su vida y carrera para poder mantener viva la relación, ocultando su romance de la esposa de Fernández, Doña Cuquita, y de sus hijos. Esta relación, aunque apasionada, estuvo llena de tensiones y complicaciones, que finalmente salieron a la luz, afectando tanto su reputación como la de Vicente.

En 1986, después de más de una década de relación secreta, Patricia anunció su embarazo, afirmando que Vicente era el padre de su hijo, Rodrigo. Aunque Fernández reconoció a Rodrigo y lo llevó a vivir con su familia, el vínculo se tornó complejo. En 2005, se realizó una prueba de paternidad que reveló que Vicente no era el padre biológico del niño, lo que desató un escándalo mediático y puso en entredicho la relación entre Patricia y la familia Fernández.

A raíz de estos eventos, Patricia se retiró de la vida pública, distanciándose de los medios y enfocándose en una vida más tranquila. En los años siguientes, su carrera se detuvo, y su historia pasó a ser un tema de interés limitado. Cuando Vicente Fernández falleció en diciembre de 2021, las tensiones entre Patricia y la familia continuaron, con reportes que indicaban que no se le permitió asistir al funeral del cantante, lo que reflejó la complejidad de su relación a lo largo de los años.

Recientemente, el lanzamiento de la serie biográfica “El Rey Vicente Fernández” ha revivido el interés en su historia. En esta producción, el personaje de Patricia es interpretado por la actriz Sara Corrales, quien ha abordado el papel con sensibilidad, reconociendo las dificultades que enfrentó Patricia en su relación con Vicente. A pesar de la atención renovada, Patricia ha optado por mantener un perfil bajo, eligiendo no hablar públicamente sobre su vida o su hijo, Rodrigo, quien sigue su propio camino en el mundo del entretenimiento.

En conclusión, la historia de Patricia Rivera es un recordatorio de las complejidades que pueden surgir en el mundo del espectáculo. Su relación con Vicente Fernández, marcada por el amor, el sacrificio y la controversia, continúa resonando en la memoria colectiva de la cultura mexicana, dejando muchas preguntas sin respuesta sobre su amor, sus decisiones y el precio que pagó por estar al lado de una de las figuras más emblemáticas de la música latina.