A los 74 años y con una trayectoria de 55 años, Ofelia Medina se erige como una de las actrices más celebradas de México. Su carrera no solo ha brillado en el cine y el teatro, sino que también la ha convertido en una de las pioneras de las telenovelas, allanando el camino para figuras como Verónica Castro y Lucía Méndez. Sin embargo, su salida de la industria en 1996 fue todo menos discreta, marcando un punto de inflexión en la historia de la televisión mexicana.

A sus 74 años, Ofelia Medina Rompe su silencio dejando al mundo CONMOCIONADO

Nacida el 4 de marzo de 1950 en Mérida, Yucatán, Ofelia se mudó a la Ciudad de México a los 8 años. Desde joven, mostró interés en el arte, estudiando danza en la Academia Mexicana de Danza, donde se graduó como intérprete y profesora. A pesar de la oposición de su padre, su madre la apoyó en su sueño artístico. Con tan solo 11 años, se unió a un grupo de pantomima infantil bajo la tutela de Alejandro Jodorowsky, quien sería su primer mentor.

Ofelia debutó en el cine en 1968, protagonizando “Patsy, mi amor”, un filme basado en un guion del ganador del Premio Nobel Gabriel García Márquez. Aunque la película no tuvo un gran éxito en taquilla, su actuación destacó y le abrió las puertas a otros proyectos cinematográficos. Pronto fue invitada a participar en telenovelas, donde su talento brilló de manera excepcional.

Su primer gran éxito llegó con la telenovela “Lucía, sombra”, donde sorprendió a todos al ser elegida para el papel principal. A partir de ahí, se convirtió en la estrella de producciones exitosas como “La señora joven” y “Rina”, esta última marcando un hito en la televisión al ser la primera telenovela en español transmitida en horario nocturno y por mostrar contenido que antes solo se insinuaba. La popularidad de “Rina” fue tal que se convirtió en un fenómeno mediático, con una multitud que acudió a la Basílica de Guadalupe para presenciar la filmación de una boda de la trama.

La actriz Ofelia Medina presente en el Festival Virtual Indígena “Clemente  Cruz Huahuichi”

A medida que su fama crecía, Ofelia comenzó a sentir la presión de la celebridad. En busca de un cambio, decidió estudiar en Nueva York con Lee Strasberg y luego se trasladó a Dinamarca. Su elección de alejarse de los reflectores sorprendió a muchos, especialmente al rechazar telenovelas que resultaron ser éxitos rotundos para otras actrices. Tras una década de ausencia, Ofelia regresó a Televisa con un nuevo proyecto, “Para toda la vida”, pero el programa enfrentó desafíos significativos desde el principio.

En un giro inesperado, Ofelia, comprometida con su activismo, decidió participar en una conferencia en Chiapas, lo que la llevó a dejar abruptamente la producción de “Para toda la vida”. Esta decisión no solo generó controversia, sino que resultó en su veto de Televisa, impidiendo que sus proyectos cinematográficos y televisivos se emitieran. Sin embargo, en lugar de dejarse abatir, regresó al cine, donde su talento continuó floreciendo, destacando en roles que la vincularon estrechamente con la figura de Frida Kahlo.

Ofelia también ha tenido una vida personal interesante. Se ha casado dos veces y tiene dos hijos, David y Nicolás. Recientemente, compartió una historia sobre su relación con Enrique Álvarez Félix, hijo de la icónica actriz María Félix, quien le ofreció su herencia con la condición de casarse con él, propuesta que ella rechazó, reafirmando su independencia.

Además, Ofelia ha expresado su preocupación por la situación personal de su sobrina Andrea Medina y su relación con el vocalista Rubén Albarrán. Ofelia ha defendido a su sobrina, resaltando la importancia de cumplir con las responsabilidades familiares.

Premios Ariel homenajea trayectoria de Ofelia Medina

A lo largo de su carrera, Ofelia Medina ha demostrado ser más que una simple actriz; es un ícono que ha influido en generaciones y ha utilizado su plataforma para abogar por causas sociales. A pesar de las dificultades y cambios en su vida, su legado sigue vivo, y el público la recuerda con cariño por su valiente contribución al mundo del entretenimiento y su compromiso con la justicia social.

A los 74 años y con una trayectoria de 55 años, Ofelia Medina se erige como una de las actrices más celebradas de México. Su carrera no solo ha brillado en el cine y el teatro, sino que también la ha convertido en una de las pioneras de las telenovelas, allanando el camino para figuras como Verónica Castro y Lucía Méndez. Sin embargo, su salida de la industria en 1996 fue todo menos discreta, marcando un punto de inflexión en la historia de la televisión mexicana.

Nacida el 4 de marzo de 1950 en Mérida, Yucatán, Ofelia se mudó a la Ciudad de México a los 8 años. Desde joven, mostró interés en el arte, estudiando danza en la Academia Mexicana de Danza, donde se graduó como intérprete y profesora. A pesar de la oposición de su padre, su madre la apoyó en su sueño artístico. Con tan solo 11 años, se unió a un grupo de pantomima infantil bajo la tutela de Alejandro Jodorowsky, quien sería su primer mentor.

Ofelia debutó en el cine en 1968, protagonizando “Patsy, mi amor”, un filme basado en un guion del ganador del Premio Nobel Gabriel García Márquez. Aunque la película no tuvo un gran éxito en taquilla, su actuación destacó y le abrió las puertas a otros proyectos cinematográficos. Pronto fue invitada a participar en telenovelas, donde su talento brilló de manera excepcional.

Su primer gran éxito llegó con la telenovela “Lucía, sombra”, donde sorprendió a todos al ser elegida para el papel principal. A partir de ahí, se convirtió en la estrella de producciones exitosas como “La señora joven” y “Rina”, esta última marcando un hito en la televisión al ser la primera telenovela en español transmitida en horario nocturno y por mostrar contenido que antes solo se insinuaba. La popularidad de “Rina” fue tal que se convirtió en un fenómeno mediático, con una multitud que acudió a la Basílica de Guadalupe para presenciar la filmación de una boda de la trama.

A medida que su fama crecía, Ofelia comenzó a sentir la presión de la celebridad. En busca de un cambio, decidió estudiar en Nueva York con Lee Strasberg y luego se trasladó a Dinamarca. Su elección de alejarse de los reflectores sorprendió a muchos, especialmente al rechazar telenovelas que resultaron ser éxitos rotundos para otras actrices. Tras una década de ausencia, Ofelia regresó a Televisa con un nuevo proyecto, “Para toda la vida”, pero el programa enfrentó desafíos significativos desde el principio.

Ofelia Medina y su visión de México - El Sol de San Juan del Río | Noticias  Locales, Policiacas, de México, Querétaro y el Mundo

En un giro inesperado, Ofelia, comprometida con su activismo, decidió participar en una conferencia en Chiapas, lo que la llevó a dejar abruptamente la producción de “Para toda la vida”. Esta decisión no solo generó controversia, sino que resultó en su veto de Televisa, impidiendo que sus proyectos cinematográficos y televisivos se emitieran. Sin embargo, en lugar de dejarse abatir, regresó al cine, donde su talento continuó floreciendo, destacando en roles que la vincularon estrechamente con la figura de Frida Kahlo.

Ofelia también ha tenido una vida personal interesante. Se ha casado dos veces y tiene dos hijos, David y Nicolás. Recientemente, compartió una historia sobre su relación con Enrique Álvarez Félix, hijo de la icónica actriz María Félix, quien le ofreció su herencia con la condición de casarse con él, propuesta que ella rechazó, reafirmando su independencia.

Además, Ofelia ha expresado su preocupación por la situación personal de su sobrina Andrea Medina y su relación con el vocalista Rubén Albarrán. Ofelia ha defendido a su sobrina, resaltando la importancia de cumplir con las responsabilidades familiares.

A lo largo de su carrera, Ofelia Medina ha demostrado ser más que una simple actriz; es un ícono que ha influido en generaciones y ha utilizado su plataforma para abogar por causas sociales. A pesar de las dificultades y cambios en su vida, su legado sigue vivo, y el público la recuerda con cariño por su valiente contribución al mundo del entretenimiento y su compromiso con la justicia social.