Jacobo Zabludovsky es una figura emblemática del periodismo mexicano, cuya vida y carrera estuvieron marcadas por su influencia en los medios de comunicación, pero también por la controversia que generó su vida personal. Reconocido tanto por su profesionalismo como por las críticas que recibió, Zabludovsky se convirtió en un nombre indispensable en la historia del periodismo en México.

Desde su infancia, Zabludovsky vivió inmerso en un ambiente marcado por la pobreza, pero a su alrededor siempre existió una rica herencia cultural. Nació en la Ciudad de México, en la calle Dr. Barragán, en un vecindario que, en sus primeros años, aún era en gran parte rural. No obstante, fue en la colonia de La Merced donde pasó las primeras dos décadas de su vida. A pesar de las dificultades económicas, su entorno estaba lleno de libros y discusiones literarias, influencias que provenían principalmente de su padre, un inmigrante polaco que, a pesar de su modesto trabajo como vendedor ambulante, compartía con él su amor por la literatura.

La relación con su madre, Raquel, fue también clave en su formación, ya que, aunque de niño era reacio a asistir a la escuela, su madre lo motivó a seguir una educación formal. Su pasión por los libros creció desde temprana edad, desarrollando un interés en autores clásicos rusos como Pushkin y Dostoyevski. A lo largo de su juventud, Zabludovsky continuó con su educación en humanidades, lo que forjó la base cultural que más tarde aplicaría en su carrera como periodista.

El comienzo de su carrera profesional en los medios fue fortuito. A pesar de que inicialmente estudió derecho, Jacobo se introdujo al mundo del periodismo gracias a un trabajo como corrector de pruebas en el periódico El Nacional. Ahí, en el bullicio de la redacción, descubrió la fascinación por la tinta impresa y, posteriormente, por la radio. Durante sus primeros años, Zabludovsky fue un entusiasta del medio, llegando a recibir su licencia de radiodifusión en 1945. A partir de allí, su carrera despegó, siendo guiado por figuras prominentes del periodismo mexicano como Alonso Sordo Noriega y José Pagés Llergo, quienes se convirtieron en sus mentores.

Con el tiempo, Zabludovsky alcanzó la fama al convertirse en uno de los principales rostros de Televisa. Su notoria labor como conductor del noticiero 24 Horas le permitió convertirse en una de las personalidades más conocidas y respetadas de la televisión mexicana. Sin embargo, su relación con Televisa terminó de forma dramática en el año 2000, cuando renunció a la cadena en un acto que, aunque respaldado por su hijo Abraham, fue sumamente doloroso para él. Esta decisión marcó el fin de una era en su vida profesional.

Además de su carrera en los medios, la vida personal de Zabludovsky estuvo siempre rodeada de rumores y especulaciones. Uno de los aspectos más comentados de su vida fue su supuesta relación con varias de las vedettes más famosas del cine mexicano. Figuras como Gloria Cárdenas, Yamal y María del Rosario Mendoza, quienes fueron grandes estrellas de la época, estuvieron en el centro de las intrigas sobre su vida amorosa. Aunque nunca se confirmaron tales relaciones, los rumores alimentaron la curiosidad pública durante décadas.

En cuanto a su vida familiar, Zabludovsky estuvo casado con Sara Nerubay Liberman, quien fue su compañera de toda la vida. A pesar de los rumores que sugerían que Zabludovsky pudo haberla elegido por su situación económica, la relación entre ambos estuvo basada en un amor genuino, como lo confirmaron amigos cercanos. Juntos tuvieron tres hijos, y Sara jugó un papel crucial en su vida personal y profesional, brindándole apoyo constante.

En 1995, la tragedia golpeó a Zabludovsky con la muerte de Gerardo Hemmer, un joven actor mexicano que, según algunos rumores, había tenido una relación amorosa con el periodista. Hemmer fue encontrado muerto en circunstancias misteriosas, y aunque la causa inicial de su muerte fue atribuida a una fuga de gas, pronto se especuló sobre un posible crimen pasional, lo que contribuyó a la fama de Zabludovsky como una figura envuelta en el misterio. La muerte de Hemmer, que nunca fue completamente esclarecida, alimentó la especulación mediática sobre la vida sexual de Zabludovsky, que ya era objeto de rumores debido a su naturaleza reservada y su entorno social.

La vida de Jacobo Zabludovsky fue una mezcla de logros profesionales, controversias públicas y un legado que sigue siendo discutido en la historia del periodismo mexicano. Aunque su vida personal estuvo marcada por la especulación, su contribución al periodismo y su capacidad para cautivar a la audiencia lo consolidaron como una de las figuras más influyentes de su época. A pesar de los chismes, los rumores y las tragedias, Zabludovsky permanece en la memoria colectiva como un pionero del periodismo en México, cuya sombra sigue alargándose sobre las generaciones de comunicadores que vinieron después de él.