Cash Luna, conocido como “El Magnate de Dios”, ha sido una figura controvertida en la religión y el ámbito financiero en Guatemala. Nacido el 4 de marzo de 1962, Luna se destacó desde joven, adoptando el apodo “Cash”, que significa dinero en inglés, reflejando su vida de lujo en un país donde la pobreza es común. Después de graduarse en administración de sistemas de información, fundó la Casa de Dios en 1994, que se convirtió en la megachurch más grande de América Latina, atrayendo a miles de feligreses.
La iglesia, situada en la Ciudad de Guatemala, comenzó en un modesto salón y, con el tiempo, creció exponencialmente. En 2013, inauguró un templo monumental con capacidad para 12,000 personas, conocido por su arquitectura impresionante y sus vastas instalaciones. Sin embargo, este crecimiento no estuvo exento de controversia. En 2018, se desató una investigación sobre las finanzas de la iglesia, alimentada por acusaciones de que su éxito podría estar vinculado al narcotráfico.
Luna fue señalado en un informe de Univisión que vinculaba su iglesia con el dinero de narcotraficantes, específicamente con la figura de Marlor Chacón, una narcotraficante condenada. Las revelaciones sobre la relación de Luna con Chacón, quien supuestamente le enviaba grandes sumas de dinero, generaron un torbellino de críticas y cuestionamientos sobre la verdadera fuente de su riqueza.
A pesar de estos escándalos, Luna ha mantenido una fachada defensiva, incluso demandando a Univisión por difamación, aunque su caso fue desestimado. A nivel legal, logró esquivar consecuencias significativas cuando en 2023, la corte constitucional de Guatemala bloqueó la investigación sobre sus vínculos con el narcotráfico.
El estilo de vida de Luna es opulento; posee un jet privado y una mansión rodeada de lujos, lo que ha suscitado más sospechas sobre su fortuna. Además, la relación entre su iglesia y figuras políticas influyentes ha sido motivo de debate. Aunque Luna afirma que la Casa de Dios no tiene vínculos políticos, sus acciones sugieren lo contrario. La iglesia ha servido como sede para ceremonias electorales y ha alentado a sus miembros a participar en la política, lo que refuerza su influencia en el panorama político del país.
Luna, hijo único de una madre soltera, experimentó un cambio en su vida a los 20 años al convertirse al cristianismo. Junto a su esposa Sonia, han formado una familia con tres hijos, quienes también siguen su legado en el ministerio. La influencia de la familia Luna en la comunidad evangélica es significativa, con iniciativas que buscan empoderar a mujeres y niños, consolidando aún más su posición en el ámbito religioso.
A medida que las controversias continúan rodeando a Cash Luna y la Casa de Dios, queda por ver cómo la opinión pública y las autoridades responderán a las acusaciones y revelaciones sobre su vida y su ministerio. Su historia es un reflejo de la compleja intersección entre la religión, el poder y el dinero en Guatemala, y plantea preguntas cruciales sobre la integridad y la ética en el liderazgo religioso.