Katherine Esther Jackson, nacida como Kattie B. Screws el 4 de mayo de 1930 en el condado de Barbour, Alabama, ha sido una figura central en la historia de la familia Jackson, famosa en todo el mundo. Como madre de Michael Jackson y sus hermanos, Katherine desempeñó un papel crucial en sus vidas, desde criar a una familia numerosa hasta ser testigo de su ascenso al estrellato, todo mientras enfrentaba desafíos personales y controversias públicas.

Los Primeros Años de Katherine Jackson

A los dos años, Katherine sobrevivió a la poliomielitis, que le dejó una cojera permanente. A los cuatro años, su familia se trasladó a East Chicago, Indiana, donde comenzó a soñar con convertirse en actriz o cantante country, aunque pronto se dio cuenta de la ausencia de artistas afroamericanos en ese género. Sus padres se divorciaron cuando ella era joven, pero encontró consuelo en la música, participando en la banda de su escuela secundaria.

En 1947, conoció a Joseph Jackson, con quien se casó en 1949 tras un noviazgo de un año. La pareja se estableció en una modesta casa en Gary, Indiana, donde Katherine se dedicó a criar a sus hijos mientras Joe intentaba abrirse camino en el boxeo y luego en la música.

El Surgimiento de la Familia Jackson

Durante los años 60, Katherine detectó el talento excepcional de su hijo Michael, quien a los cuatro años ya mostraba habilidades para el canto y el baile. Aunque inicialmente su esposo Joe desestimó su opinión, finalmente reconoció el potencial de Michael, quien se convirtió en el líder de The Jackson 5. Katherine diseñó los primeros trajes de la banda y los apoyó silenciosamente mientras ganaban fama internacional tras firmar con Motown Records en 1969.

Además de su papel como madre y mentora, Katherine también influyó espiritualmente en su familia al convertirse al movimiento de los Testigos de Jehová en 1965. A pesar de los retos, ella logró equilibrar su fe y las crecientes demandas de la fama de sus hijos.

El Legado de Michael y las Controversias

Michael Jackson siempre expresó su profundo amor y gratitud hacia su madre. En 1982, le dedicó su icónico álbum Thriller. Sin embargo, el éxito de Michael también estuvo acompañado de controversias, especialmente las acusaciones de abuso infantil que surgieron en los años 90 y continuaron incluso después de su muerte en 2009.

Uno de los casos más notorios involucró a un niño de 13 años en 1993, cuando la familia del menor alegó que Michael había abusado de él. Aunque la investigación de la policía de Los Ángeles no encontró pruebas concluyentes, Michael resolvió el caso con un acuerdo económico fuera de los tribunales. Esto alimentó especulaciones y críticas públicas, pero Michael siempre mantuvo su inocencia.

En 2003, el documental Living with Michael Jackson de Martin Bashir generó más controversia al mostrar al cantante en compañía cercana de jóvenes adolescentes, lo que reavivó las sospechas sobre su comportamiento.

Katherine Frente a las Acusaciones

Durante este tiempo, Katherine se mantuvo firme en la defensa de su hijo. Aunque su hija La Toya Jackson hizo declaraciones públicas en los años 90 acusando a Michael de comportamientos inapropiados, más tarde se retractó, afirmando que sus palabras fueron forzadas por su entonces esposo. Katherine siempre desmintió tales afirmaciones y acusó a La Toya de buscar ganancias económicas con las controversias familiares.

En el documental Leaving Neverland de 2019, dos hombres, Wade Robson y James Safechuck, acusaron nuevamente a Michael Jackson de abuso, lo que reavivó el debate sobre la vida del “Rey del Pop”. Sin embargo, Katherine continuó apoyando el legado de su hijo, subrayando su amor incondicional como madre.

Un Legado de Fortaleza

A lo largo de su vida, Katherine Jackson ha demostrado una resiliencia extraordinaria. A sus 94 años, sigue siendo una figura de respeto y admiración, tanto por su papel como matriarca de una de las familias más influyentes de la música como por su capacidad para soportar el escrutinio público.

La historia de Katherine no solo es la de una madre que crió a una familia icónica, sino también la de una mujer que navegó por las complejidades de la fama, la religión y la controversia, siempre priorizando a sus hijos y su fe. Su legado sigue vivo en cada miembro de la familia Jackson y en los millones de fanáticos que aún celebran su impacto en la música y la cultura popular.

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