La cantante mexicana Dulce, conocida por su poderosa voz y sus baladas románticas, falleció el 25 de diciembre de 2024 a los 60 años, luego de una valiente lucha contra el cáncer. Su muerte, que dejó un vacío inmenso en sus seguidores, amigos y familia, desató una serie de especulaciones y controversias, especialmente en torno a su hija Romina Mircoli, quien ha mantenido un perfil bajo en los medios tras el deceso de su madre.
El dolor de su hija Romina fue profundo, ya que, aunque había estado al lado de su madre durante todo el proceso, la muerte de Dulce llegó de forma inesperada. Romina había sido la principal cuidadora de Dulce en sus últimos días, y su tristeza fue evidente en los testimonios de los amigos cercanos. A pesar de la dificultad de aceptar la pérdida, Romina no expresó públicamente su dolor hasta mucho después del deceso de su madre, lo que generó una gran expectación mediática.
La controversia comenzó poco después de su muerte, cuando Romina tomó la decisión de no realizar un funeral público para su madre. En lugar de eso, eligió una ceremonia privada con familiares y amigos cercanos. Esta decisión generó opiniones encontradas, ya que muchos pensaban que Dulce, quien durante toda su vida fue una figura pública amada por sus seguidores, merecía una despedida a la altura de su legado. Ofelia Cano, amiga cercana de la cantante, criticó duramente a Romina, calificando su decisión como egoísta. Cano explicó que Dulce siempre había sido una mujer accesible y cercana a sus fans, por lo que el deseo de un homenaje público parecía lo más adecuado.
Además, Cano reveló que Dulce había adquirido un vestido especial para su entierro, con la intención de que fuera enterrada con él, pero este deseo tampoco se cumplió, lo que generó más tensión entre los allegados de la cantante. La falta de un homenaje público para los fans de Dulce fue vista por muchos como una falta de respeto a su legado.
Romina, por su parte, optó por guardar silencio durante los días posteriores al deceso. Algunos medios de comunicación especularon sobre su relación con su madre, sugiriendo que la falta de comunicación entre ambas pudo haber influido en la decisión de no cumplir con los deseos de Dulce. A pesar de los rumores, Ofelia Cano aclaró que no existían problemas importantes entre Dulce y su hija, y que cualquier malentendido parecía surgir de la falta de comunicación durante los últimos momentos de la cantante.
La tensión también se dio en el círculo familiar, pues la hermana de Dulce, Isabel, y su sobrina Lisbeth, quienes habían sido muy cercanas a la cantante, esperaban que el lugar de descanso final de Dulce estuviera junto a su madre en Matamoros, Tamaulipas. Esta situación reflejaba el profundo dolor de la familia ante la pérdida de un ser querido, aunque también subrayaba el contraste entre las decisiones tomadas por Romina y las expectativas de otros miembros de la familia.
A pesar de la controversia, es imposible ignorar el impacto que Dulce dejó en la música mexicana. Su carrera, que abarcó varias décadas, estuvo marcada por sus inolvidables baladas, como “Lobo” y “Navidad sin ti”, que siguen siendo recordadas por sus fanáticos. Su legado musical, incluso tras su fallecimiento, continúa vivo gracias a las plataformas de música en línea, donde su obra ha experimentado un aumento en la atención.
En cuanto a Romina, aunque no respondió públicamente a las críticas que recibió por sus decisiones, rompió su silencio en las redes sociales poco después del deceso de su madre. En un mensaje profundamente emotivo, Romina compartió sus sentimientos de dolor y gratitud por haber estado al lado de Dulce hasta el final. En su publicación, expresó lo difícil que fue aceptar la muerte de su madre y cómo, a pesar del dolor, encontró consuelo en el hecho de que había estado con ella hasta el último momento.
Romina destacó también el profundo amor y vínculo que compartía con su madre, mencionando lo poco preparada que estaba para enfrentar su partida. Su mensaje, acompañado de una foto de Dulce sosteniendo la mano de su nieto, fue una muestra clara del amor eterno entre madre e hija. A pesar de las controversias, Romina ha dejado claro que el dolor de la pérdida no se puede medir ni explicar fácilmente, y que aunque las decisiones que tomó no fueron del agrado de todos, ella actuó en función de lo que creyó mejor en ese momento.
La muerte de Dulce, aunque rodeada de controversias, también dejó un mensaje claro: la familia, los amigos y los fanáticos de la cantante siempre la recordarán por su fortaleza, su legado musical y su amor por la vida. Aunque las circunstancias que rodearon su despedida fueron complicadas, su impacto en la música mexicana perdurará por siempre.