Vicente Fernández, conocido como El Charro de Huentitán, sigue siendo una figura monumental en la música mexicana.
Celebrado no solo por su extraordinaria carrera, sino también por su papel como patriarca de una de las dinastías musicales más prominentes de América Latina, su vida estuvo marcada por triunfos, desafíos y un inquebrantable compromiso con su familia.
Tras su fallecimiento en 2021, su esposa, María del Refugio Abarca Villaseñor, conocida como Doña Cuquita, ha compartido detalles de su vida juntos, abordando rumores y reflejando las complejidades de una relación de casi seis décadas.
Un humilde inicio en Huentitán El Alto
Nacido el 17 de febrero de 1940 en Huentitán El Alto, Jalisco, Fernández creció en el seno de una familia modesta. Inspirado por íconos como Pedro Infante y Jorge Negrete, recibió su primera guitarra a los 8 años y comenzó a cantar en restaurantes y bodas.
A pesar de enfrentar dificultades económicas, su talento lo llevó a la Ciudad de México en 1965, donde inicialmente luchó por obtener un contrato discográfico. Su gran oportunidad llegó tras la muerte del cantante Javier Solís en 1966, lo que le permitió firmar con CBS Records y lanzar su carrera con éxitos como Soy de abajo y Tu camino y el mío.
El ascenso del ícono ranchero
La década de 1970 marcó el despegue de su carrera. Con la muerte de José Alfredo Jiménez en 1973, Vicente Fernández emergió como la voz indiscutible de la música ranchera.
Canciones como Volver, volver lo catapultaron al estrellato, consolidando su fama en México, América Latina y Estados Unidos. Durante los años 80 y 90, amplió su repertorio abordando temas relacionados con la migración y consolidó su éxito internacional con giras por países como Bolivia y Colombia.
En 1991, la prensa estadounidense lo apodó el Sinatra mexicano, reconociendo su influencia en la música global. Fernández continuó lanzando álbumes icónicos como Lástima que seas ajena, Mujeres divinas y Acá entre nos, que se convirtieron en clásicos inmortales de la música ranchera.
Una carrera llena de desafíos personales
La vida personal de Vicente no estuvo exenta de tragedias. En 1998, su hijo mayor, Vicente Fernández Jr., fue secuestrado y liberado 121 días después, pero no sin antes sufrir la amputación de dos dedos. A pesar de pagar un rescate millonario, Vicente optó por mantener la calma y continuar con su carrera mientras enfrentaba el dolor en privado.
Doña Cuquita, quien compartió 58 años de matrimonio con el cantante, recientemente habló sobre las persistentes especulaciones de infidelidad que marcaron su relación. En una entrevista, afirmó con serenidad que nunca sintió celos y que confiaba en el amor que compartían puertas adentro. “Yo no sé lo que hacía afuera, pero en casa era mi esposo”, comentó, destacando la lealtad y pragmatismo que definieron su matrimonio.
El legado musical y un adiós inolvidable
A lo largo de su carrera de más de 50 años, Vicente Fernández grabó más de 80 álbumes, vendió más de 65 millones de discos y dejó un legado con más de 300 canciones. Su concierto de despedida, Un Azteca en el Azteca, celebrado en 2016, atrajo a más de 88,000 personas al Estadio Azteca, un evento que marcó el cierre de una carrera incomparable.
Aunque se retiró de los escenarios, Fernández continuó grabando música hasta sus últimos días. Su álbum A mis 80 (2020) le valió un Latin Grammy, reafirmando su relevancia en la industria.
Controversias y momentos difíciles
En 2021, Vicente Fernández se vio envuelto en una polémica tras la difusión de una fotografía en la que colocó su mano sobre el pecho de una fan. Este incidente generó una reacción negativa en redes sociales, aunque muchos seguidores defendieron su legado.
Por otro lado, la familia Fernández enfrentó una batalla legal contra Televisa por la serie El último rey: El hijo del pueblo, que abordaba la vida del cantante sin autorización. Doña Cuquita expresó su confianza en el equipo legal, asegurando que protegerán el legado de su esposo.
La eterna huella de Vicente Fernández
Más allá de las controversias y los rumores, Vicente Fernández será recordado como el máximo representante de la música ranchera y una figura icónica que unió generaciones. Su contribución al cine con más de 30 películas, como La ley del monte y El hijo del pueblo, complementó su carrera musical y solidificó su imagen como un ídolo mexicano.
Hoy, a tres años de su fallecimiento, Doña Cuquita mantiene vivo su recuerdo, enfatizando la importancia de su legado para la familia y la música mexicana. Su vida, marcada por éxitos, desafíos y un profundo amor por su arte, asegura que Vicente Fernández siga siendo el Charro de Huentitán en los corazones de millones.